Historia y cultura

Hasta mediados del siglo XIX los terrenos incluidos en este espacio correspondían a una laguna que fue desecada para obtener nuevos labrantíos y luchar contra el paludismo. Aun así, gracias a sus condiciones de especial humedad e inundabilidad, todavía se conservan varias especies de flora y fauna características de humedales.

En los últimos siglos, las áreas de inundación natural han retrocedido y hoy son escasas en Cataluña. En nuestro contexto mediterráneo la conservación de espacios como el Estany de Sils ha acontecido, pues, del máximo interés.

Mapa de Aparici, 1720
Mapa de Aparici, 1720

Antecedentes

Antiguamente, el Estany de Sils era la laguna más grande de la llanura de la Selva. Algunos cronistas le atribuyen siete kilómetros de longitud y uno y medio de anchura.

En un campo resguardado, en medio de una península que se adentraba en el antiguo Estany de Sils, se han localizado, como en otros lugares de la llanura de la Selva, restos de ocupación humana de hace entre 150.000 y 300.000 años.

La Vía Augusta romana parece que se dividía en dos brazos al llegar al Estany de Sils: uno pasaba por el actual Hostal de La Granota y se dirigía hacia la costa, resiguiendo aproximadamente el actual trazado de la N-II, mientras el otro se desviaba hacia el interior.

La mala fama de las lagunas

La malaria o paludismo era, hasta principios del siglo XX, una enfermedad común entre los habitantes de las zonas pantanosas. Los mosquitos del género Anopheles, que se desarrollan en las aguas estancadas, son el principal agente transmisor.

Por culpa de la malaria, los estaños eran considerados lugares malsanos. Hasta el descubrimiento de los procesos infecciosos, los escasos conocimientos médicos impedían comprender que la enfermedad era debida a un microorganismo, el Plasmodium, transmitido por el mosquito Anopheles.

Los higienistas ilustrados de los siglos XVIII y XIX promovían el drenaje de lagunas con argumentos sanitarios de lucha contra las pestes. La necesidad de nuevas tierras para el cultivo también espoleaba la desecación de las lagunas.

Estany de Sils. Fotografía del Arxiu Municipal de Sils
Estany de Sils. Fotografía del Arxiu Municipal de Sils

Las desecaciones del Estany de Sils

Los intentos de desecación del Estany de Sils han estado continuos desde la edad media, muchas veces con un éxito solo relativo.

1247 Primeros intentos de desecación promovidos por el vizconde de Cabrera. 
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1362 El Estany resurge y muchas tierras de cultivo quedan  negadas bajo las aguas.
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1626-1654 Diversas iniciativas para la desecación del Estany.  
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  1703 El marqués de Aitona y el ingeniero Martí Mariscal signan un contrato para la desecación del Estany. Las obras nunca se llevaron a cabo.
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1740 El duque de Medinaceli, ahora señor del Estany, hace colocar a su alrededor unos hitos con la inscripción "ESTAÑ MARC EN 1740".    
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  1762 El duque de Medinaceli, signa un nuevo contrato para la desecación del Estany de Sils.
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1766 El duque de Medinaceli hace colocar más hitos, para marcar el nivel del agua y deducir cuánta tierra se ha liberado.    
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  1767-1768 Se llevan a cabo las obras de desecación.
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1790 De los relatos del viajero Francisco de Zamora se desprende que las desecaciones de 1767 fueron poco efectivas.    
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  1840 El agua se niega a abandonar 1.400 besanas de terreno (unas 320 hectáreas).
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1841 La reina madre Maria Cristina pernocta en el hostal de La Granota. Los alcaldes de Sils, Maçanet de la Selva y Vidreres la visitan y le exponen la necesidad de desecar el Estany.    
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  1845 Se inician las conversaciones entre el duque de Medinaceli, señor del Estany, y los arrendatarios para tirar adelante la desecación. Se signa un convenio delante del notario de Girona J.M. Salomó.
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1856 El ingeniero agrónomo J. Bayer dirige las obras de desecación. Se construye definitivamente la Acequia de Sils.

 

Esta fue la desecación definitiva del Estany de Sils, conseguida con la construcción de un canal central de drenaje, la actual Acequia de Sils, que drena el agua hacia la riera de Santa Coloma.

 

Consecuencias de la desecación

Después de la desecación definitiva, las tierras del antiguo Estany de Sils fueron repartidas en pequeñas parcelas entre los campesinos de las cercanías. El reparto de tierras no fue a cambio de nada, puesto que estos campesinos fueron obligados a pagar un impuesto llamado censo a los duques de Medinaceli, antiguos señores del Estany. Además, con su esfuerzo personal, los campesinos tenían que mantener limpios de sedimento las regueras y las acequias.

El prado fue durante muchos años el principal recurso económico de los habitantes del entorno del Estany de Sils. El drenaje difícil de la zona dificultaba el cultivo, pero ofrecía buenas cosechas de hierba: todo un tesoro para las pequeñas explotaciones agrarias y ganaderas de la época.

Los cambios socioeconómicos de las últimas décadas han provocado el derrumbamiento de las pequeñas explotaciones agrarias. Los prados de guadaña han dejado de tener interés económico y se han abandonado o bien, se han ido sustituyendo por cultivos de chopos. Se han dejado de pagar los censos y ya nadie tiene cura permanente de los sistemas de drenaje. Todo ello ha significado una profunda modificación en el paisaje y en el funcionamiento de los sistemas naturales de la zona. Las fotografías de los últimos años son un fiel testigo de este importante cambio.

Bueyes labrando a Can Severí del Massabè. Fotografía de Valentí Fargnoli.
Bueyes labrando a Can Severí del Massabè. Fotografía de Valentí Fargnoli.
Fotografía de Miquel Cantó.
Fotografía de Miquel Cantó.

Mitos y leyendas

En el entorno de las lagunas y humedales se han originado numerosas leyendas de almas en pena y seres sobrenaturales. Muchas hacen referencia a los gritos, bramidos y aullidos que al atardecer resuenan cerca de las aguas. Sin duda que las voces de los pájaros acuáticos y las nieblas nocturnas tienen mucho que ver con el origen de este universo mágico.

El peregrino de Tossa

El peregrino de Tossa

La recurrencia de enfermedades hizo que la población atemorizada buscara protección sobrenatural. Se extendió el culto a san Sebastiàn, san Roque y los santos Médicos (san Cosme y san Damiàn, patrones de Sils) considerados protectores contra todo tipos de pestes.

Desde finales del siglo XV, cada 20 de enero el Peregrino hace a pie el camino de Tossa a Santa Coloma de Farners pasando por Sils, en cumplimiento de una promesa hecha a San Sebastián que se dice que liberó la villa de Tossa de la peste. El culto a san Sebastiàn ha sido tradicionalmente relacionado con la protección contra las epidemias.

Fotografía del Peregrino de Tossa el 1988. Dada por la familia Vilaró.

Pere Porter y la entrada al inferno

Pere Porter y la entrada al inferno

El Estany de Sils era considerado la puerta de entrada al infierno. Dice la leyenda que allí se hundió el demonio cuando desde arriba del Montseny hizo una apuesta con san Martín para ver quién hacía el salto más grande. Un escrito anónimo del siglo XVII, la leyenda de Pere Porter, explica la historia de un pobre hombre a quien se reclamaba una deuda que ya había pagado y que, para demostrar su inocencia, viajó al infierno a través del Estany de Sils, donde localizó el notario responsable del error. Una historia similar a la Divina Comedia de Dante, donde los miembros de las clases sociales influyentes quedan más bien malparados, puesto que Pere Porter los encuentra todos en el infierno.

Ilustraciones de Montserrat Casanova. Extraído del libro "El cas estrany d'en Pere Porter" (2007).

Momento actual

La construcción de la autopista A-7 partió por la mitad las tierras del antiguo Estany de Sils. La posterior ampliación y aumento del tráfico de la red viaria de las cercanías y la urbanización creciente del territorio han comportado también un aislamiento y fragmentación de este espacio natural.

Los drenajes de regueras y acequias con maquinaria pesada –en sustitución de los métodos tradicionales de dragado- y la fuerte contaminación de las aguas han afectado durante mucho de tiempos los sistemas naturales del Estany de Sils.

Todo el conjunto de nuevas intervenciones han provocado la desaparición de numerosas especies de la fauna y la flora propias de ambientes acuáticos, de prados y de zonas abiertas en general. Una extinción masiva que ni siquiera la desecación del Estany ocasionó.

Animales como el turón y plantas como la marsilea son ejemplos de especies muy raras desaparecidas del Estany de Sils las últimas décadas.